8 de marzo: nosotras paramos

La huelga feminista internacional también llegó a Altos de San Lorenzo, desde febrero, gracias a las películas para mujeres del cine de verano, se vino gestando un grupo de mujeres del barrio que quedaban para charlar en el espacio sobre sus experiencias y analizando los porqués y los sentidos de la convocatoria de la huelga. Fue así como se crearon los lunes morados y a la vez los talleres de autodefensa.

La huelga abarcaba el ámbito de los cuidados, lo laboral, lo académico y el consumo. Por lo que pudieron ver cómo sus propias vidas estaban atravesadas por todo ello:

  • Todas se ocupan de en sus casas de limpiar, cocinar, lavar la ropa, comprar la comida, criar a les niñes… todas reconocen la poca participación de los hombres en esas tareas. Hablamos de economía feminista, de cómo este sistema de producción necesita que las mujeres se encarguen de tener «a punto» a la mano de obra que son los hombres. Para que éstos puedan rendir bien en el trabajo y sean productivos necesitan estar limpios, descansados, alimentados, bien vestidos y con tiempo, son las mujeres las que garantizan ese alimento, ese descanso, ese tiempo que el hombre dedica a trabajar, sin embargo el laburo de ellos es siempre remunerado y el de ellas no, a pesar de implicar más horas.
  • Por otra parte también pudieron comprobar que la mayoría de ellas cuando han trabajado remuneradamente han sido también laburos de cuidados: cuidar a niñes, gente mayor, limpiar casas, cocinar… Laburos siempre de menor cualificación, en negro y peor pagados. El acceso a mejores empleos es una carrera de obstáculos para las mujeres, las empresas prefieren mujeres solteras, que no tengan la carga de cuidar a un marido, contratar a una mujer supone un riesgo para la empresa en el caso de que esta se quede embarazada y necesite estar de baja y reducir su jornada laboral, etc. etc. Pero incluso cuando las mujeres tienen empleos iguales que los hombres, por el mismo laburo y las mismas horas cobran menos. La mayoría de la población pobre mundial son mujeres.
  • En las aulas las mujeres son las eternas olvidadas, pareciera que la historia, la ciencia, la literatura sólo estuviera escrita por hombres. Apenas nadie termina la escuela conociendo nombres de mujeres que hicieron descubrimientos u obras importantes. La escuela es el primer lugar donde se crea y se permite la desigualdad de género.
  • La economía trata a las mujeres como un producto más que hay y que sirve para vender, constantemente vemos cómo los cuerpos de las mujeres son utilizados como objetos hipersexualizados al servicio la publicidad. Lo único que importa es que las mujeres compren y consumen, sean esclavas de su cuerpo y consuman otra vez, cuando, en realidad, las vidas de las mujeres no importan porque están siendo explotadas, acosadas, maltratadas, violadas, desaparecidas y asesinadas.

A través de los ejes de la huelga, las mujeres del barrio encontraron en la ZAL un espacio donde poder ir tratando de a poco todos estos temas, tomando conciencia, empoderándose colectivamente y activando contra esa opresión.

Por su parte, los hombres de la asamblea, que ya vienen trabajando colectivamente en su deconstrucción para matar al macho interno, estuvieron el día de la huelga al cuidado de les niñes del barrio cuyas madre acudían a la marcha.

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